Cuando aparece una velocidad de procesamiento de la información lenta, nos lleva más tiempo que a otros realizar las tareas, tanto las escolares como las de la vida diaria en la vida adulta.
Son muchas y muy variadas las patologías que pueden llevar aparejado este enlentecimiento en el procesamiento de la información: Enfermedad de Alzheimer y otras demencias, Accidentes Cerebrovasculares, Traumatismo Craneoencefálico o, en edad infantil, trastornos como el déficit de atención o retraso madurativo.
La velocidad de procesamiento implica la capacidad para realizar con fluidez las tareas fáciles o ya aprendidas. Es la capacidad para procesar información de forma rápida y automática sin pensar conscientemente en ella. Cuanta mayor sea nuestra velocidad de procesamiento pensaremos y aprenderemos de manera más eficiente.
La velocidad de procesamiento lenta también puede afectar las funciones ejecutivas. Es decir, las habilidades del pensamiento que nos ayudan a planificar, fijar metas, monitorear nuestras acciones, responder a problemas y/o persistir en las tareas.
Cuando se encuentra afectada, podemos observar dificultades en muchos aspectos de nuestra vida diaria:
- Terminar una tarea en un período de tiempo determinado
- Escuchar o tomar notas cuando alguien nos está hablando
- Resolver problemas matemáticos sencillos mentalmente
- Seguir instrucciones o planificar una determinada actividad
- Escribir proyectos que necesitan detalles y pensamientos complejos
- Mantener conversaciones
¿Cómo detectar si existe un déficit en la velocidad de procesamiento?
A través de una evaluación neuropsicológica exhaustiva se puede valorar de manera fiable y eficaz la velocidad de procesamiento de cualquier persona, así como estimar la influencia de dichas dificultades en el resto de su funcionamiento cognitivo.
¿Se puede aumentar la velocidad en el procesamiento de la información?
Por supuesto, como cualquier función cognitiva, se puede entrenar, aprender y mejorar mediante un adecuado plan de Estimulación Cognitiva.
Gracias a la plasticidad neuronal, nuestro cerebro puede ir adaptándose, creando nuevas conexiones entre neuronas y mejorando su funcionalidad.