Funciones Cognitivas I : Atención

Hablamos sobre la atención

La atención es, posiblemente, uno de los procesos cognitivos más importantes para la vida cotidiana ya que es el mecanismo que controla y regula todos los procesos cognitivos. La utilizamos en la totalidad de las actividades que realizamos en nuestro día a día. La capacidad para atender a los diferentes estímulos de nuestro entorno es de vital importancia para la conducta cotidiana y la supervivencia.

La atención es un conjunto de mecanismos que nos van a permitir detectar los estímulos relevantes del entorno, seleccionarlos entre otros que sean irrelevantes,  y procesarlos con mayor profundidad. Asimismo, nos ayuda a mantener la atención sobre ellos durante un período de tiempo determinado. Podemos distinguir varios componentes dentro del proceso atencional:

Activación o Arousal: Es el nivel más elemental y la base de todos los procesos atencionales. La podemos describir como la capacidad para estar despierto y en estado de alerta. Puede variar desde un estado de activación muy bajo (dormidos) o excesivamente alto (estado de ansiedad). Para poder tener una buena detección y proceso de los estímulos relevantes, debemos tener un estado adecuado de activación  (nuestro cerebro no trabajaría de manera adecuada en ninguno de los  dos extremos).

Atención focalizada: Se trata de la capacidad para dirigir nuestra atención hacia un estímulo determinado. Por ejemplo, cuando oímos nuestro nombre por la calle, nos giramos para saber quién nos está llamando. La afectación de la focalización atención lleva consigo la incapacidad de detectar estímulos importantes que suceden a nuestro alrededor y, por lo tanto, modificar nuestra conducta de manera adecuada.

Atención sostenida: Se trata del siguiente nivel de complejidad. Una vez que hemos detectado el estímulo relevante, podemos prestarle atención un periodo de tiempo. Por lo tanto, la atención sostenida es la capacidad que tenemos para centrarnos en un estímulo determinado durante un intervalo de tiempo. La usamos, por ejemplo, mientras leemos un libro, conducimos o vemos una película.

Atención selectiva: Una vez que hemos seleccionado el estímulo al que debemos atender y estamos focalizados en él, es importante inhibir o ignorar el resto de estímulos distractores. En el caso de la película, para poder verla tenemos que ignorar el ruido de los vecinos, los coches que pasan por la calle y la pantalla del ordenador donde está jugando nuestro hijo.

Atención alternante: Este componente atencional nos permite cambiar nuestra atención de un estímulo a otro. Por ejemplo, si estamos viendo la película y suena el teléfono, nuestra atención debe cambiar de un sitio a otro.

Atención dividida: Se define como la capacidad para atender a dos estímulos o tareas al mismo tiempo. En nuestro ejemplo, seríamos capaces de ver la película y mandar un mensaje telefónico y/o vigilar qué está haciendo nuestro hijo con el ordenador.

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *