Rehabilitación del estado de mínima conciencia

Parece difícil, pero deja que te orientemos


La rehabilitación de una persona en estado de mínima conciencia es un proceso lento y laborioso ya que, habitualmente, se parte de un daño cerebral grave.

El estado de mínima conciencia es el estado de pacientes que han sufrido un importante daño cerebral con alteración del nivel de conciencia, pero presentan evidencia de actividad cognitiva residual, mostrando conciencia de sí mismos y de su entorno.

Los pacientes en este estado han sufrido un daño de origen traumático o no traumático (anoxia, isquemia, infección, tumor, etc.).

También pueden haber estado en coma en un inicio, han recuperado posteriormente la apertura ocular y, tras pasar por un período de estado vegetativo más o menos prolongado, han llegado a recuperar una capacidad mínima e intermitente de comportamiento consciente.

Para poder realizar el diagnóstico clínico, los pacientes deben mostrar evidencia clara aunque limitada de reconocerse a sí mismos o a su entorno.

Causas del estado de mínima conciencia:

Los pacientes en este estado han sufrido un daño de origen traumático, como por ejemplo un accidente de tráfico, o no traumático como ictus, infección o privación severa de oxígeno a nivel cerebral (encefalopatía anóxica).

Tratamiento del estado de mínima conciencia:

A pesar de que el estado de mínima conciencia es un estado en el que la recuperación es lenta y requiere una gran cantidad de trabajo por parte de los especialistas, si se trata desde su fase inicial, en una fase temprana del daño cerebral, es posible conseguir avances.

El tratamiento de rehabilitación en estado de mínima conciencia puede ser efectivo, siempre que la intervención sea intensiva y el entorno familiar o de cuidadores continúe con las pautas marcadas durante todo el tratamiento en las diversas áreas: neuropsicología, fisioterapia y logopedia.